martes, 12 de febrero de 2019

Sueños

Tenía meses tratando de hacer el ejercicio de escribir sus sueños tan pronto como despertaba pero la mayoría de las veces no los recordaba o las prisas le ganaban y para cuando se acordaba de la libreta sobre el buró para sus anotaciones ya estaba camino al trabajo. Pensó que podría grabar el audio de la noche y quizá rescatar algo con ello, pero no siempre hablaba dormido. Estaba obsesionado por tener una forma de saber qué había soñado.

Una noche mirando televisión fue que llegó la idea, mientras veía un reportaje sobre el monitoreo de ondas cerebrales durante el sueño. “Si tan sólo consiguiera hacer algo así” dijo en voz alta. Así fue como armado de muy poco conocimiento pero un gran entusiasmo se dedicó a investigar y leer. Le tomó muchísimo más de lo que pensó pero una vez tomada la decisión no hubo vuelta de hoja.

Una mañana de invierno tuvo listo su primer prototipo: un viejo casco de ciclismo con un montón de cables saliendo por todos lados, conectados a una pequeña máquina que parecía una sumadora. Era tal su emoción por la noche que sentía que nunca lograría quedarse dormido, pero en algún momento rayando la madrugada, pasó. Al día siguiente se levantó con un ligero dolor de cuello, “habrá que hacerlo más ergonómico” pensó y tomó nota en una libreta de bolsillo. Rápidamente se dirigió a la máquina para mirar los resultados. El papel mostraba zigzags irregulares, estaba complacido con el resultado pero sabía que lo podía hacer mejor; continuó trabajando arduamente y lo que al principio parecía un imposible se volvió una realidad: el dispositivo fue capaz de hacer un registro por escrito describiendo exactamente lo que soñaba.

Una parte de sí quería dar a conocer su trabajo y otra pretendía conservar aquello en secreto. Al final decidió guardarlo para sí y evitar, de ese modo, que pudiera ser usado con otros fines.

Pasó varias semanas rememorando sus sueños sin ayuda, el proceso de creación del artefacto mismo lo obligó a volverse un experto pues debía corroborar la información que arrojaba el aparato; sin embargo decidió usarlo una noche que se sentía particularmente alegre pues una charla con amigos que hacía mucho no veía le trajo buenos recuerdos de su juventud y el barrio en el que había crecido.

Esa noche el subconsciente lo llevó aún más atrás, en sueños se vio en los días de infancia en que visitaba con frecuencia el parque cercano. Soñó con el único regalo que nunca recibió de pequeño: una bicicleta azul, entonces fue muy feliz. Al día siguiente despertó temprano, comprobó los resultados de la máquina. Y habiendo satisfecho su curiosidad respecto del buen funcionamiento de ésta, se fue a trabajar. Al cruzar el estacionamiento de la empresa algo llamó su atención, estuvo a punto de escupir el café que iba bebiendo pues en uno de los cajones para empleados se encontraba una bicicleta exactamente igual a la
de su sueño. Podía haber pensado que se trataba de una coincidencia, pero no, era una bicicleta azul pequeña, con los puños azules también y, sobre todo, portaba el mismo listón que en su onírica visión llevaba al momento de recibirla. En definitiva no era una coincidencia, pero entonces ¿Qué pasaba? ¿Alguien había descubierto su máquina? ¿Lo estaban espiando? ¡Imposible! Con todo y eso, el tiempo para preparar ese asunto de la bici en el estacionamiento habría sido insuficiente. Era una locura, tenía serias sospechas sobre lo que sucedió esa noche, así que para comprobarlas decidió que ese día usaría el casco de nuevo.

Contrario a lo que creyó, no le costó ningún trabajo quedarse dormido. Pronto comenzó a soñar con un ascenso en el trabajo y un jugoso aumento, en su fantasía podía darse lujos que en la realidad ni de lejos podría aspirar, tenía una vida fabulosa, hasta que sonó el despertador. Se fue emocionado a trabajar pensando que aquello que se le había presentado en sueños pasaría ese día, pero nada, nada en absoluto; fue un día de rutina más.

Cuando creyó que ya había perfeccionado su aparato pasó eso, ¿Había sido una enorme coincidencia? Algo le decía que no. Arduas semanas lo llevaron a concluir que el aparato era capaz de llevar a la realidad el eje en torno al cual se desarrollaba el sueño siempre y cuando fuera un objeto; no logró averiguar dónde aparecerían las cosas, pues no parecía haber un patrón, quizá algún pensamiento independiente al sueño era el que determinaba el lugar, quizá era mero «capricho del aparato» aunque, desde luego, sabía que no pensaba por sí mismo. Durante ese tiempo logró recolectar varios de esos objetos entre los que se hallaban un oso de felpa en la biblioteca, un precioso reloj dentro de su zapato, una jarra de cristal multicolor en la lavandería, incontables globos de colores atados a la portezuela de su auto, un zapato rojo y uno amarillo en la cocina… Pero muchos objetos no logró recuperarlos nunca, pues no supo cómo y dónde debía buscarlos.

Hasta ese momento tenía claro otra situación: en ninguno de sus sueños los seres vivos llevaban el protagonismo. Siempre era una cosa o una situación, pero nunca un animal o una persona. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si soñaba con alguien que ya había muerto? ¿Con alguien a quien no conocía? ¿Qué pasaría si soñaba algun animal salvaje? Le inquietaba mucho obtener respuestas pero éstas llegarían cualquier día, eso no podía decidirlo él.

Por mera precaución dejó de usar su invento un tiempo, hasta ese momento todo lo que había soñado resultó en objetos inofensivos, pero tenía miedo de que en algún punto una pesadilla suya se volviera realidad. Aunque casi nunca tenía malos sueños, había decidido posponer el uso del casco hasta que tuviera una pesadilla, «para mayor seguridad» pensaba.

Se sintió muy agradecido de su decisión. Cuando llegó la pesadilla que aunque breve fue muy intensa: él estaba en la guerra, su responsabilidad era custodiar una granada y lanzarla en el momento que se le indicara; pero justo en el punto en que estaba por lanzarla llegaban soldados del bando contrario, salidos de ningún lugar; él se quedaba con la granada en mano y en el momento que estallaba, despertó. No podía imaginar lo terrible que habría sido si algo así aparecía en un parque y algún pequeño hubiese pensado que era un juguete. Empezó a cuestionarse si debía destruir el aparato o dejar de usarlo. Tal vez, pero antes debía saciar su curiosidad por completo, aún quería saber qué pasaría al soñar con un ser vivo.

Todas las noches miraba su invento, puesto en mitad de la mesa como si de una pieza de museo se tratara. Se frotaba las manos,mas no se decidía a usarlo de nuevo o destruirlo. Le atormentaba la curiosidad. Comenzó a padecer de insomnio, se lamentaba a ratos haber construído tal artefacto; lo miraba con tristeza, habían sido muchas horas de investigación y trabajo y ahora estaban ahí, inertes, esperando peligrosamente a ser de alguna utilidad.

Pasaron varios días, en un momento de desesperación bebió suficiente alcohol para quedar somnoliento y se puso el casco. Soñó con una mujer a la que no recordaba haber visto antes, era muy hermosa, lo amaba profundamente y él a ella; aparente llevaban varios años de matrimonio. Por alguna razón se encontraban en una especie de jungla, buscando una bestia que se presumía era una especie prehistórica. Ella le explicaba que el acceso a esa área estuvo prohibido por mucho tiempo y que eran afortunados por tener oportunidad de buscar a ese ejemplar. Pasaban varios días sin rastro del animal hasta que una noche mientras dormían, éste atacaba su campamento. Aquello era un temible animal del tamaño de un elefante, su bufido era pesado, el cuerpo estaba cubierto de un pelaje grisáceo grueso al punto de parecer espinas, parecía una especie de felino con las orejas muy cortas y la cara chata. Todo lo que sabía es que debía proteger a su esposa a como diera lugar, así tuviera que matar a la bestia.

«Bip, bip, bip» el despertador interrumpió su sueño, adormilado escuchó la voz de aquella mujer llamándolo a la cocina porque estaba listo el café. Se quitó el casco, abrió los ojos y horrorizado descubrió que la bestia también estaba ahí.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Buenísimo, más por favor

Isa_Arredondop dijo...

Será un placer, muchas gracias por pasar a leer :D

Alexander Moreno dijo...

Maravilloso !!